Paladar hendido

Se da cuando el paladar no se cierra correctamente durante los primeros meses del embarazo, dejando una abertura que puede afectar a cualquier parte del paladar y extenderse dentro de la cavidad nasal. A menudo esta abertura incluye también el labio, en lo que denominaríamos labio leporino. Ambas patolologías pueden darse al mismo tiempo, o individualmente, y son uno de los problemas congénitos más habituales en bebés recién nacidos. Los niños con paladar hendido, dependiendo del tamaño de la abertura, pueden tener problemas para comer y para respirar, y a medida que crezcan para el habla y el lenguaje, además de ser más propensos a sufrir infecciones de oído, pérdida de la audición o problemas dentales.

La cirugía de paladar hendido se realiza generalmente entre los 9 y los 18 meses de edad, y debe ser realizada por un especialista en cirugía plástica maxilofacial o cráneofacial y otorrinolaringología. En el tratamiento, y dependiendo del caso, con frecuencia intervendrán también expertos en otras áreas como pediatría, ortodoncia, odontología pediátrica, psicología, nutrición así como audiólogos, trabajadores sociales o asesores genéticos.

El objetivo a nivel quirúrgico es reparar el paladar para que el niño puede comer y aprender a hablar con normalidad. Para su reparación se realizarán incisiones a cada lado del paladar, de modo que ambos extremos puedan ser aproximados para reconstruir el techo de la boca. Es una cirugía más compleja que la de labio leporino y en ocasiones puede ser necesaria una segunda cirugía.

En Clínica Colmenero contamos con un experto en reparaciones de paladar hendido como es el Dr. César Colmenero, con más de 30 años de experiencia y número 1 del MIR en Cirugía Maxilofacial y Otorrinolaringología. Además de su faceta reconstructiva y estética, el Dr. Colmenero colabora en estos procedimientos con un equipo de especialistas en las diversas áreas que se ven involucradas en un tratamiento de paladar hendido, asegurando la mejor cobertura posible para el paciente y sus familias.

Aunque el paladar hendido es menos visible que el labio leporino, puede acarrear consecuencias más importantes para el desarrollo del menor por lo que, aunque se puede tratar también en pacientes adultos, es importante afrontar el tratamiento antes de los dos años de edad. Es importante destacar que en la mayoría de los casos los bebés que nacen con labio leporino son sanos y no presentan ninguna otra anomalía congénita, por lo que pasado el periodo postoperatorio podrán realizar una vida totalmente normal.