Periodoncia

La periodontitis es una de las enfermedades más extendidas entre la población, especialmente a partir de los 35 años. En su fase inicial -gingivitis- es reversible, pero cuando hablamos de periodontitis hablamos ya de una enfermedad crónica. Se caracteriza por la pérdida de los tejidos que sostienen el diente -la encía y el hueso alveolar-. Los factores que la causan son múltiples: genes, bacterias, malposiciones de los dientes, y determinados hábitos como el tabaco, el estrés, etcétera. Dado su caracter crónico, son necesarios controles cada 3 o 6 meses para asegurar una evolución adecuada de la enfermedad y prevenir recidivas o agravamientos de la misma.

El tratamiento periodontal consta de dos fases. Una primera consistente en una limpieza bucal completa para eliminar los depósitos de sarro y la placa en los dientes y la línea de la encía. La segunda comprende los curetajes que consisten en, tras separar ligeramente la encía del diente, realizar un raspado y alisado radicular y eliminar las colonias bacterianas de las bolsas periodontales. Esta fase se realiza generalmente con anestesia local en dos sesiones de entre 30 y 45 minutos.

En ocasiones, cuando la enfermedad periodontal haya causado una pérdida importante de los tejidos que sustentan el diente, puede ser necesaria una cirugía periodontal, con injerto de hueso o de encía, para restablecer una correcta morfología tanto ósea como gingival que aporte soporte al diente y facilite el control de la placa por parte del paciente en su higiene bucal diaria.