El labio leporino se da cuando los laterales del labio no se fusionan correctamente durante el desarrollo fetal. Es una de las anomalías congénitas más frecuentes en el nacimiento junto con el paladar hendido, que también tienen muchos niños con labio leporino. El labio leporino puede tener varios grados, desde una pequeña fisura hasta una división grande que se extienda hasta la nariz, y puede estar en un lado de la boca o ser bilateral. Los niños con labio leporino pueden presentar problemas para comer y respirar, y a medida que crecen también retrasos en el habla y el lenguaje. Además son más propensos a tener infecciones de oído, pérdida de la audición o problemas dentales.
El tratamiento para el labio leporino se realiza generalmente antes de que el niño cumpla el primer año de edad, y debe involucrar a un equipo de expertos en diversas materias como cirugía plástica maxilofacial o cráneofacial, otorrinolaringología y ortodoncia, pero también pediatras, dentistas pediátricos, terapeutas del habla, audiólogos e incluso nutricionistas, psicólogos, trabajadores sociales o un asesor genético, ya que en muchas ocasiones el origen de la patología es genético y podría volverse a dar dentro de una misma familia.
El Dr. César Colmenero cuenta con una amplia formación y experiencia en Cirugía maxilofacial y Otorrinolaringología, especialidades en las que fue número 1 del MIR, y para tratar este tipo de malformaciones trabaja en estrecha colaboracion con reputados profesionales en cada una de las áreas implicadas en este tratamiento.
La cirugía de labio leporino busca reparar la separación del labio. La intervención se realiza bajo anestesia general, y consiste en reparar y unir los tejidos y posteriormente coser el labio, realizando suturas muy pequeñas para que la cicatriz sea lo menos visible posible. La mayoría de estas suturas se absorberán en el tejido a medida que éste vaya sanando, por lo que no será necesario retirarlas posteriormente. En algunas ocasiones será necesaria una segunda operación.
Para tranquilidad de los padres, es importante destacar que en la mayoría de los casos los bebés que nacen con labio leporino son sanos y no presentan ninguna otra anomalía congénita, por lo que pasado el periodo postoperatorio podrán realizar una vida totalmente normal.