Abordaje de secuelas de labio leporino y fisura palatina

La combinación de labio leporino y fisura palatina es la malformación congénita más frecuente en el área maxilofacial. Se caracteriza por la falta de fusión de los mamelones embrionarios desde el labio hasta la úvula (campanilla) parcial o totalmente.

Al no producirse la unión del tejido del paladar, cavidad bucal y fosas nasales quedan comunicadas, afectando principalmente a la fonación y la deglución.


Los niños con labio leporino y fisura palatina tienen más probabilidad de padecer infecciones de oído, pérdida de audición y problemas en la colocación, tamaño, forma y número de dientes


Para corregir el labio y paladar hendido se interviene quirúrgicamente en los primeros meses de la vida del niño. A medida que este va creciendo, es muy probable que necesite cirugías adicionales, además de otro tipo de tratamientos multidisciplinares en los que pueden estar involucrados cirujanos pediátricos, plásticos y maxilofaciales, otorrinos, ortopedistas maxilofaciales, foniatras, pediatras y odontólogos.

CASO CLÍNICO

En el vídeo de arriba mostramos el caso de una niña de 7 años que vino a nuestra clínica con secuelas oclusales, nasales y faciales relacionadas relacionadas con labio y fisura palatina para ser tratada por el Dr. César Colmenero. La planificación se realizó en colaboración la ortodoncista, la Dra. Begoña Wucherpfenning.


La paciente presentaba maloclusión severa de Clase III –mandíbula adelantada con respecto al maxilar-, con sobremordida invertida y cruzada bilateral, y ausencia del diente lateral izquierdo


Se decide comenzar con el tratamiento ortodóncico para expandir el paladar y traccionar el maxilar superior mediante un dispositivo Quad-Helix. A continuación, se colocaron los brackets.

A los 8 años y 7 meses de edad se realiza un injerto óseo alveolar en el maxilar de forma mínimamente invasiva. Para ello se coge hueso de la cadera –cresta ilíaca- bajo anestesia general. A la vez, se acomete el cierre de la fístula oro-naso-palatina.

Por su parte, la ortodoncista finaliza la primera fase del tratamiento y coloca un otro dispositivo Quad-Helix para evitar que se vuelva a estrechar el paladar.

En la segunda fase de la ortodoncia se consigue, gracias al injerto alveolar practicado con anterioridad, la erupción del canino, que reemplaza al incisivo lateral ausente.

Finalmente se realiza una cirugía de nariz y tabique –septorinoplastia- y lipofilling o relleno del labio para darle volumen y mejorar su apariencia.