
“Cirugía Plástica y ORL se complementan y se solapan muchas veces”
RAQUEL SERRANO
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“Ser número 1 en el MIR no significa que seas el que más sabe, el mejor profesional. Para llegar a este estado, hay que seguir estudiando todos los días de tu carrera profesional, formarte constantemente”. Aunque parezca paradójico, estas palabras las dice César Colmenero Ruiz, director de la Clínica Colmenero, en Madrid, que consiguió en 1986 el primer puesto MIR eligiendo Cirugía Maxilofacial, hecho que trece años después volvió a conseguir: ser número uno MIR en la especialidad de ORL, sin olvidar que fue premio nacional fin de carrera y número uno de su promoción, entre otras excelencias académicas.
Este cirujano, que en sus años de estudiante tenía el mejor curriculum de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, reconoce, no obstante, que dedicó mucho tiempo y esfuerzo a la preparación de esta prueba: “Doce horas ininterrumpidas de estudio entre los meses de junio a diciembre.
Prácticamente encerrado, dormía 8 horas, hacía un poco de deporte y estudiaba fundamentalmente por las noches porque en mi casa éramos seis hermanos; estudiar durante el día no era lo más adecuado, siempre había follón”.
Tanto ahínco se justifica, en parte, por dos poderosas razones: 1986 era “la época cruda del MIR. Se presentaban más de 20.000 personas para cubrir 1.300 plazas, con lo que te lo jugabas todo. No había academias y la opción era
juntarse con amigos y estudiar y estudiar tú solo”. Pero reconoce que, además de estudiar, pues “estudio mucho, incluso actualmente”, también arriesgó mucho en ese examen: “En el MIR, si se acierta una pregunta es un punto y si fallas es menos 0,3 puntos. Si tenía alguna duda entre dos preguntas, siempre arriesgaba. Además, hay que tener un poco de psicología para intuir qué es lo te quieren preguntar, una faceta que también se entrena”. El otro motivo
era el deseo de ejercer su profesión en España, a pesar de que también preparó el examen que le ofrecía la posibilidad de trabajar en Estados Unidos. “Hice el último curso de Medicina en Estados. Acababa de regresar de allí y preparaba el examen, que se realizaba muy poco después del MIR, para volverme a ir a Estados Unidos. Me examiné y saqué muy buena nota, pero quería quedarme en España”.
La elección de Cirugía Maxilofacial consolida una tradición familiar, siguiendo los pasos de su padre, que también era cirujano maxilofacial. Y al igual que él, eligió el Hospital La Paz, de Madrid, para hacer la residencia. “Mi padre fue extremadamente generoso conmigo porque en cuanto entré en La Paz él se fue a otro hospital para evitar comparaciones o comentarios. Coincidí con él solo ocho meses”.
PRUEBA MUY OBJETIVA
Recuerda que le gastó una broma cuando le comunicó que había suspendido el MIR. “No tiene importancia, es solo un examen. Lo preparas para el año que viene, me dijo mi padre. Al cabo de unos minutos le dije: ‘Papá, he sacado el número 1’. Entonces a mi padre, que siempre fue muy duro conmigo, se le escaparon las lágrimas y me colgó el teléfono porque no podía hablar”.Trece años después, en el año 2000, Colmenero decidió presentarse de nuevo al examen MIR para seguir completando su formación. “La Cirugía Maxilofacial es una especialidad preciosa y con una fuerte relación con ORL, muy complementaria con ORL. Son especialidades con mucho solapamiento, muy complementarias”. De nuevo, obtuvo el primer puesto.
Su actual perspectiva de este examen ha variado con los años. “Ahora, la bolsa de demandantes es menor y hay más plazas. Pero es evidente que los chicos tienen ahora una mejor y más amplia formación”. Sin embargo, considera que el sistema MIR es la parte más seria de la medicina. “El que estudia y tiene constancia a lo mejor no saca el número 1 ni el número 4, pero sacará el 25. El MIR es un examen muy objetivo que valora objetivamente tanto la parte del histórico donde se incluye el curriculum como la parte que corresponde al examen”.