La apnea obstructiva del sueño supone un colapso de la vía aérea y por tanto una interrupción de la respiración
Aproximadamente un 40 por ciento de las personas mayores de 40 años roncan por la noche. Por fortuna, no todos los roncadores tienen apnea, pero la estadística dice que entre un 17 por ciento (en hombres) y un 15 por ciento (en mujeres) sufren episodios de apnea obstructiva del sueño.
La apnea obstructiva del sueño (SAHS) supone un colapso de la vía aérea y por tanto una interrupción de la respiración, tras la cual ésta vuelve con un ronquido resoplido. La parada de la respiración suele durar entre 10 y 30 segundos y puede suceder hasta 400 veces cada noche.
En España, se calcula que entre el 6 y el 10 por ciento de la población sufre apnea obstructiva del sueño. El 90 por ciento de los casos estarían sin diagnosticar
Las consecuencias se hacen notar rápidamente: somnolencia durante el día, irritabilidad o fatiga, dolores de cabeza por la mañana, olvidos, pérdida de reflejos, cambios de estado de ánimo. Si no se trata, la apnea obstructiva del sueño puede causar problemas graves, ya que incrementa el riesgo de tener presión arterial alta, insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular.
La posición corporal durante el sueño, enfermedades como la diabetes o trastornos de la morfología craneal influyen negativamente y favorecen la aparición de la apnea. También el tabaco, el sobrepeso o el alcohol son factores que empeoran la patología. Por eso, la introducción de cambios en el estilo de vida debe ser el comienzo de cualquier opción de tratamiento de esta enfermedad. A veces, en casos leves, puede resultar suficientes para mejorarla.
No obstante, las personas con apena moderada o grave pueden necesitar dispositivos bucales, respiratorios o cirugía para restablecer la respiración uniforme durante el sueño y aliviar síntomas como los ronquidos fuertes y la somnolencia durante el día.
Dispositivos bucales
Los dispositivos bucales (bloques, férulas de avance, etc.) se utilizan en personas con apnea leve del sueño, incluso en rocadores que no presentan apnea. El odontólogo diseña el dispositivo de manera que se adelante la mandíbula y la lengua para mantener despejadas las vías respiratorias durante el sueño.
Dispositivos respiratorios (CPAP)
El tratamiento más frecuente para la apnea del sueño moderada e intensa en adultos es la presión positiva continua en las vías respiratorias. Para ello se utiliza una máscara que cubre la boca y la nariz, o solo la nariz. El equipo envía aire suavemente a la garganta. La presión del aire ayuda a mantener las vías respiratorias abiertas durante el sueño.
Este sistema consigue que desaparezcan los ronquidos. Sin embargo, eso no significa que desaparezca la apnea del sueño ni que se pueda dejar de usar la máscara. Además, hay numerosos pacientes a los que les resulta muy difícil tolerarla.
Cirugía
La cirugía se realiza para ensanchar las vías respiratorias. Por lo general consiste en encoger, tensar o retirar el exceso de tejido de la boca y la garganta, o en reacomodar la mandíbula inferior.
En este contexto, la cirugía ortognática se ha revelado como el procedimiento quirúrgico con mejores resultados en el síndrome de apnea-hipopnea obstructiva de sueño (SAHOS).
La cirugía ortognática corrige la posición de los maxilares evitando que durante el sueño se deslice la mandíbula y obstruya la vía aérea superior
Al desplazar los elementos óseos, se consigue aumentar y ensanchar el volumen de la vía aérea y que el oxígeno circule con normalidad.
Los resultados definitivos de la cirugía ortognática permiten que los pacientes con apnea del sueño moderada o grave no tengan que estar conectados de por vida al CPAP.